El origen de la celebración de la navidad (Off Topic)
Hace unas semanas un amigo me contó la historia de porque celebramos la navidad el 25 de Diciembre y quería compartirla con todos.
Así crean o no en la fecha, es un excelente momento de estar con nuestra familia, amigos y decirles que los queremos.
Agradezco a Serapio Cazana quien escribió la siguiente nota que por hoy es un off topic de los temas que tratamos en el blog.
Fiestas nuevas, viejos ritos
En el famoso libro de Antoine de Saint Exupéry, El Principito, el zorro le dice a su pequeño amigo que los ritos son importantes. Luego le explica que rito significa que un día es diferente a todos los demás días.
Eso nos ayuda a comprender por qué en toda la historia humana el hombre ha sido un devoto de las grandes celebraciones, o de los grandes ritos.
Por ejemplo, en la antigua Roma se celebraba las saturnales romanas, una fiesta en honor al dios Saturno, que iba del 17 al 23 de diciembre.
Era una fiesta que festejaba las siembras, las cosechas, de ahí la tradición del árbol que posteriormente pasó a ser un símbolo navideño cristiano, precisamente para borrar de la mente del pueblo las costumbres paganas.
Por esas fechas también, el primero de enero, se celebraba la fiesta de las calendas, las victorias de los césares.
De ello es fácil concluir que la Navidad y el Año Nuevo constituyeron un cambio de nombre y de motivo de las antiguas celebraciones y ritos romanos.
Por ello, cuando se dice que la Navidad ha perdido su sentido, no es tan exacto. La verdad es que en sus orígenes se caracterizaba por celebrar las siembras y las cosechas de manera grandiosa.
La gente se emborrachaba, bailaba y participaba en todo tipo de excesos. No obstante, eso no quiere decir que haya sido o que siga siendo celebración mala, sino que la vida humana está hambrienta de mundo para su felicidad, necesita festejar la vida, los ciclos del universo; el hombre necesita soltar sus energías y emociones para poder reconciliarse con los demás, con el mundo y con sus dioses.
Sólo así se recobra la armonía social, se canaliza los impulsos, e incluso se consigue la paz interior.
Por ello, en esta Navidad, valoremos los ritos, disfrutemos que un día sea diferente de todos los demás días, celebremos las victorias y soportemos los fracasos, encontremos significados en el mundo… en su belleza pero también en su dolor.
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